Hoy ha vuelto a pasar Seko por casa: unas bambas usadas y algo que abrigue. Queria trabajo, pero no hay nada que hacer, es invierne, hace frio. Se le veia triste, ya sin la fuerza de hace año y medio. Ya sin la esperanza intacta, sino que al contrario…Ni desesperado. Solo resignado. Ha preguntado por mis hijos, mi mujer y mi padre, me ha preguntado como estoy. Cuando le he querido dar 20 euros, no los aceptaba. Le he convencido de que hoy es por él, pero que quizás mañana sera por mi o alguno de mis hijos. Seko estaba vacia, sin dinero para irse, y sin un duro para volverse.
Le pregunté por su familia, los de su pueblo: na sabia nada, “no tengo dinero para comer, llamar?” En fin.
Reblogueo una entrada ya muy vieja, que rapido que va el mundo! esta sin corregir…era de cuando lo del blog no me apasionaba tanto.
Se ha ido con una chaqueta, un jersey, 20 pavos, y unas bambas viejas.
No he conseguido borrar la mueca de pena de sus labios.
Seko, o una historia diferente.
niño, dudo hasta que los tenga, salió de Gambia hace dos años, antes de cumplir
los 16, porque si no, tendría que haberse quedado en su pueblo, solo tiene
hermanas y su padre se había muerto de un ataque de tos…
sale por la derecha y se va por la izquierda” y mi primo se fue andando por el
medio.
si llegó hace 4 meses quiere decir que ha andado o viajado casi dos años
enteros. Seko se deja interrogar, o soy yo o es mi hijo quien pregunta,
fascinados ambos como reyecitos que viven en bolas de cristal, de la historia
que nos cuenta.
que teníamos entre los tres clanes para ir a buscar donde comer o vacas…
View original post 642 more words
One Comment Add yours