Te sorprendo a menudo, con tu mirada perdida,
en lo más lejos.
Son esas tierras donde ninguno de nosotros ha posado su huella,
pero que tu,
con tus ojos,
has cultivado para todos nosotros.
Nos ausentamos sin saber que con tu fuerza guardas cada uno de nuestros pasos,
Y,
Sobretodo,
iluminas todos y cada uno de ellos.
Que hariamos, o mejor quizás:
que hubieramos hecho sin tí,
sin tu fuerza,
tu risa,
tu sonrisa,
tu ferrea intención de imponernos con amor
viejas tradiciones, nuevos juegos
y,
extraños ritos, como el besarse cada noche o el abrazarse de madrugada.
Cuando te sorprendo,
me sorprendo a mi mismo,
Y allí,
en ese breve instante donde la paradoja del amor cobra sentido
el leve pasar de tu mano en mi boca,
borra ese “te quiero” que yace de mis labios,
para arrinconarse en tu cuartel de piel y sentido,
como la luna,
como la vida
como el amor
como tu.
Reblogueó esto en Jordi Prat – Bitàcoras.
M'agradaM'agrada